martes, 25 de noviembre de 2008

El árbol caído

Fundación Lázaro Galdiano

The Fallen Tree

Entre este tiempo de ausencia sin explicación he intentado en poner en orden las horripilantes memorias de estos dos últimos meses de la crisis financiera y económica que arropa a todos por desigual. El mundo se encuentra en un estado de influjos de la impotencia y de la corrupción de gobiernos y de banqueros. No he sabido todavía vislumbrar hacia dónde nos lleva este marasmo incontrolado de protección a la empresa privada con el dinero de todos mientras quienes aportan el dinero no reciben beneficio alguno directo. Los presidentes y ejecutivos de los bancos y compañías de seguro intervenidos por el Estado siguen recibiendo ingentes cantidad de dinero cómo compensación salarial, mientras sus empresas se hunden y llegan al borde del abismo de la quiebra, rescatados impunemente en el último momento por el corrupto sistema del capitalismo desenfrenado.

No por estas inquietudes he dejado de adentrarme en mi mundo de la fotografía y de la poesía. No puede negarse que cuándo el mundo rebosa los cánones de la prudencia y el sendero apunta caminos grises, el arte es la salud de la humanidad. Es también lo que con su sutileza nos hace pensar en soluciones. Nos presenta con sus metáforas y alegorías lo que no vemos a simple vista. Nos empaca el horror de la maldad y nos las ofrece con ironía. Nos hace recapacitar y volvernos más justos en nuestra valoraciones.

Tenía apenas unos días de mi llegada a Madrid –cuando leí el sugestivo artículo de Antonio Muñoz Molina, Remordimiento de los árboles, sobre la exposición del artista Miguel Ángel Blanco- luego de un extenso viaje en donde comenzó el caos de la imprudencia financiera y política y, quizás de donde provenga nuevamente la refundación de la democracia, malversada por impúdicos hombres. Durante años se conversaba en los círculos pensantes de vanguardia la inmundicia del sistema financiero actual y la maraña de este sistema en el Estado. Ambos se conjugan al unísono sin saber quién es quién, y con ello, el sistema se desarma poco a poco dejando al desnudo las mentiras del sistema y, a la vista de todos, la corrupción perpetrada a la democracia.

Miguel Ángel Molina nos presenta una exposición singular sobre árboles y que titula Árbol caído. El título conlleva una sugerencia de muerte o de la desaparición próxima. Nos presenta su obra en formato de libro o de biblioteca. Sus libros llevan fotografías o dibujos o pinturas o collage de árboles muertos donde se preserva una parte de estos árboles o de la tierra donde descansaban dócilmente sus raíces como reliquias religiosas para la posteridad y la veneración de la naturaleza. Por una parte nos muestra su belleza natural y por el otro nos muestra el ataúd de la vergüenza embellecida. Los árboles mueren como todo lo vivo pero la aceleración de la muerte de los árboles proviene de la mano sanguinaria de los hombres en busca de la riqueza extrema. La tierra se desertiza a pasos acelerados y el hambre del hombre por ocupar espacios violenta la naturaleza cercenando el pulmón del mundo.

Reconocí el impacto emocional de esta magnifica obra en mis sentimientos taciturnos. Cómo no ver que la muerte de sus árboles y los libros que acogen las virutas de sus despojos no son sino una metáfora del derrumbe del sistema social y político que hasta ahora impera en nuestras vidas. Su exuberante obra nos muestra la muerte de la naturaleza en cajas y libros que se asemejan a bellos cofres de efímeros bombones. El sistema económico colapsa y se lleva con ella a un sistema social que aún no tiene reemplazo cierto. No estamos todavía suficientemente avanzados en la profundidad de la actual crisis para pretender asomarnos a cuál es el substituto del sistema. Solo sé que el árbol ha caído y sus hojas han muerto y la euforia ha terminado.

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lunes, 17 de noviembre de 2008

Otoño en el Lázaro Galdiano

Fundación Lázaro Galdiano, Madrid

Autumn in Lázaro Galdiano

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miércoles, 12 de noviembre de 2008

El baile de los árboles


Dancing Trees

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lunes, 10 de noviembre de 2008

Bandera estadounidense

South Beach, Florida

The American Flag

Esta semana fue elegido un hombre que colmó las esperanzas de sus compatriotas y de la población mundial, que aunque no puedan votar, las decisiones de este hombre tiene repercusiones globales. La bandera estadounidense vuelve a otear (al menos por ahora) con orgullo. Da esperanzas al mundo al ver un Estados Unidos valiente y unido que ha sabido rectificar para deslastrarse de un malvado y criminal gobierno, que fenece finalmente, y que instauró impunemente el odio y la guerra, la tortura y la corrupción, la destrucción de los derechos civiles y de la economía, la desidia a la lectura y al análisis riguroso. Solo me falta desearle lo mejor. Las esperanzas sobre este hombre tiene un alto listón. Así que depende del Sr. Barack Omaba de saber compaginar sus ofertas de lo real, sin perder la necesidad de cambiar de raíz el sistema social y económico y político de su país, e impulsar estos cambios a nivel mundial. Mucha suerte Estados Unidos pues su suerte va ligada la suerte del mundo.

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viernes, 7 de noviembre de 2008

Yéndome de Miami

US 1 (El principio)

Leaving Miami

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Obama y Biden

lunes, 3 de noviembre de 2008

Hoy el mundo es otro

Key Biscayne, Florida

In Another World


Hoy me despido de mi larga y extensa estadía en un lugar donde regreso años tras años. Ahora me acomodo a recibir el otoño y el invierno dejando atrás el mar, la arena, el sol, las extensas y copiosas lluvias huracanadas. Mas lo más importante que dejo es a mi recién nacida nieta con quien he pasado sus primeros tres meses de vida. Quería expresar mi dolor de dejar en la otra ribera del océano a mi recobrada juventud mental. Regresar a mis recuerdos de padre y volver a vivir la intensidad del amor filial es una oportunidad singular.

Ahora me encuentro a más de siete mil kilómetros entre este último verano lleno de alegría y de pesadumbre. La alegría de una nueva vida que colma mi corazón y el padecimiento del derrumbamiento de un sistema económico. Esa es mi esperanza y mi malestar. El mundo es así: incontrolable. Estamos en la cresta del cambio hacia un futuro impredecible y de consecuencias pertinentes a todos sin excepción. El mundo del sistema del capitalismo salvaje se deshace minuto a minuto y el ocaso de este sistema no avecina todavía cuál es su reemplazo. La tragedia del sentimiento de deriva nos empaña nuestra visión y nuestro sosiego.

Para mí ha llegado la hora de la introspección y sin dudas a contemplar una vida menos acaramelada y de más calor humano. Me arroparé en la sencillez de los libros, de la plática de menudencias y de los rigores del arte y de la política (en su más amplio espectro), del teatro y el cine, y de la honradez de la amistad. Estos valores perdidos por muchos durante estos años de lujuria de la avaricia propiciada por la ideología neoconservadora enmudecieron la sabiduría humana por las artes y la poesía. El arte se había convertido en un commodity (en donde el valor de la pieza es lo esencial) y las relaciones humanas tenían el interés del reluciente oro y la poesía era para tontos.

Ahora me siento liberado (espero el mundo también) de esta espeluznante ideología fascistizante que ha llevado al mundo al borde del precipicio. Mañana habrá tregua a este mundo y quizás allí emerja un rayo de esperanza que sustituya a esta barbarie de ideología por una donde el interés colectivo esté por encima del interés de los pocos.

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