Sexismo
Sexism
Mis recuerdos de la infancia y adolescencia, entre muchos, recaen en mis lecturas de Supermán, La pequeña Lulú, Archie, Flash, Linterna verde y Hopalong Cassidy. Mis gustos oscilaban entonces entre la fantasía del poder y la esperanza del amor. No recuerdo haber visto historietas para adultos (graphic novels, BD) entonces, pues, una vez que entré en el umbral de la pasión del amor, los cómic los relegué a la retaguardia. Mi madre viendo que ellos habitaban en el fondo de un baúl (y que mi nueva pasión yacía en la lujuria del amor) echó a la basura mis adoradas comiquitas. Mucho de ellas eran ejemplares de primera edición. Todavía lloro mi perdida.
La semana pasada mientras era un flâneur por las aceras de París tuve mi primer encuentro con los cómic para adultos. Sin entrar a discernir sobre su contenido, la portada de esta viñeta ilustrado por W. Taborda, tuvo suficiente intriga para mí, que fue diana de mi lente. El título en sí –Think Tank- tiene un significado culto y a la misma vez un poderoso significante cuando se le lee conjuntamente con la imagen.
La imagen parece señalar una dicotomía entre el dandi (en primer plano) de singular éxito económico en contrapartida con el hombre tosco que representa la ley uniformado (con camisa roja) para tiempos anteriores a la tecnología del siglo XXI, que vigila la trastienda de las operaciones de este casanova mafioso del mundo financiero.
Por otro lado tenemos a una sensualísima mujer de piernas abiertas de pie en un campo de extracción de petróleo vistiendo un ceñidísimo vestido rojo (el autor parece insinuar con el color rojo que el peligro yace entre la justicia y el sexo). Al fondo hay un camión gigante que hace alusión al nombre en ingles de laboratorio de ideas (Think Tank), en contraposición al protagonista y su mentalidad especuladora y a la sexualidad oportunista de la mujer que se vende al mejor postor, que aparece acotar: yo soy tu trofeo, cógeme. Es sexismo puro y duro del siglo XXI.
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