Luna Azul
Bluemoon
Podría romantizar las lunas de la luna
y de su espléndido e indescifrable color azul
en esta apacible madrugada del eterno retorno.
Podría regresar a mis recuerdos
cuando los misterios de la luna se revelaron
y dejaron a los amantes sin Norte y sin cielo aparente.
Podría recitar “La luna” del amor
de Borges a su María Kodama
y el “Lunario sentimental” de Lugones.
Podría recobrar mis sentimientos de amor
de una chica que olvidé su nombre
pero jamás sus aperlados pechos.
Podría besar sus turgentes pezones
cuando rebozan sobre las calidas aguas
que refleja la luna de San Juan.
Podría ver a su mar de tranquilidad
y ensoñarme en sus crepúsculos
gélidos o en su irreverente invisible cara.
Podría sentir sus otros destellos
bañar los sueños de los sueños
de todos los meses del calendario.
Podría sentir la magia de los tiempos
en sus cuartos menguantes
a sus cuartos crecientes.
Podría ver el tiempo completo
en su abultada luna llena
o el vacío en su luna nueva.
Podría desmitificarla y solo verla
cómo un objeto sin placer
y de simple utilidad futura.
Mas puedo verla como es: un inacabable sueño.
Etiquetas: infinito
2 Comments:
uff, la luna siempre seductora y misteriosa,sera x que es mujer? a quien no le han regalado la luna? te la regalaron esa noche magica de San Juan? Sabias que la luna tiene un Jardin en Galipan? regalo de un poeta como tu.
Gracias por escribir con esa magia con colores del arcoiris.
Fernanda, me has inquietado a descubrir el Jardín de la luna de Galipán. Tenemos la espléndida suerte que la luna en nuestro idioma es mujer. Al menos así se me reveló esa noche en San Juan.
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