viernes, 21 de diciembre de 2007

El extraño busto de Myron T. Herrick

Place des États-Unis, París

Siempre me ha intrigado el porqué de los nombres de la plazas y calles públicas. Recuerdo que cuando ejercí el cargo de concejal en mi ciudad adoptiva tuve dos oportunidades de observar muy de cerca el ejercicio de nominación de espacios públicos. En estos ambos casos fueron nominaciones para alagar. Quiero presuponer no siempre es así.

Una mañana de este otoño que acaba de fenecer me paseé con discreción y con lentitud y prestando mucha atención a lo que comprendía la Place des États-Unis en París. Es una plaza burguesa en un barrio burgués que cubre al menos una cuadra parisina. Ésta comprende en una primera parte un área abierta llena de árboles con bancas para los mirones natos que pueden sentarse y disfrutar reparando esplendidos palacetes del siglo XIX.

La otra punta de este parque está separada por dos pequeñas callejuelas sin nombre aparente pues es la confluencia de dos calles que usurparon el prestigioso nombre de la plaza para distinguirse de los moradores aledaños. En esta parte del parque está una estatua de Lafayette y Washington conjuntamente. Este dueto quizás fue colocado para afirmar que la independencia de Estados Unidos se debe en parte a la gracia del valeroso francés que con su propio dinero proveyó armas y mercancías para la independencia estadounidense.

Ahora lo que más me intrigó de este parque fue un busto instalado justo en el medio de la plaza y conformado estéticamente por una baja cerca rodeada de arbustos y flores que da existencia a un pequeño parque infantil con coloridas figuras minimalistas Pop. Es la estatua de Myron T. Herrick. Pudiera aseverar que son escasamente pocos los estadounidenses y franceses y la misma gente del Estado de Ohio (de cuyo Estado fue gobernador por dos años) que conocen si acaso quién fue este personaje que tan importante puesto ocupa en tan renombrada plaza parisina.

Me intriga saber el cómo y el porqué llega el busto del Sr. Herrick a este jardín. ¿Es suficiente haber servido por diez años como embajador ante Francia para compartir honores con figuras de la talla de Washington y Lafayette? De serlo desconozco de sobremanera los argumentos que sirvieron para justificar la colocación de dicho busto. Quién sabe si este misterio encierra una historia de amor.