Manta mágica
No sé si a todos los hombres se nos aflora el deseo sexual al leer "Aforismos de amor" de Vatsyayana o cuando vemos sus eróticos dibujos. Tengo en mis manos el libro en español titulado Kama Sutra, como suele titularse también "Aforismos de amor". Los dibujos de Rama Kishan plasmados en este libro son de tal densidad erótica que al verlos y recrearlos en la imaginación son afrodisíacos naturales. Me pregunto si la mujer percibe el erotismo de la misma manera que el hombre.
¿Siente la mujer deseo sexual al ver una escena donde la mujer coge en su mano un falo erecto? ¿Se estimula su deseo sexual al ver los dedos de un hombre masajeando y penetrando con ellos la parte más íntima de la mujer? ¿Se excita su pensamiento sexual con la desnudez de un cuerpo masculino o femenino? ¿Le surge excitación sexual con imágenes sexuales explicitas? ¿O más bien su deseo libidinoso proviene de imágenes románticas idealizadas?
Hasta muy recientemente el hecho de llegar el hombre a su edad madura estaba asociada a una relajación del apetito sexual. Implicaba que sus deseos y sesiones sexuales disminuían y se acortaban en su duración. La mujer como el hombre también sufre de esto pero siendo su inapetencia aún más pronunciada. La menopausia que debiera ser un acto de liberación sexual de la mujer, pues la libera del acto de la concepción, permitiéndole en principio disfrutar a su plenitud del acto sexual, realmente se convierte en cómplice de su aburrimiento sexual.
Hace 10 años el fulgor sexual del hombre fue potenciado con la magia de la química al ponerse a la venta el Viagra. Este fármaco ha sido el acompañante afrodisíaco para los hombres de todas la edades. La mujer había sido castigada, hasta hace muy poco, de disfrutar con fruición del gozo sexual desinhibido desde el arribo de su menopausia. Ahora con la misma magia farmacéutica llega Intrinsa que recobraría quizás el apetito sexual de la mujer en su climaterio para equipararla al hombre maduro.
Entre el Kama Sutra y templos eróticos, pastillas e imágenes sicalípticas, la apetencia sexual se logrará quizas mantener más allá de las fronteras de las edades; permitiendo a la mujer y al hombre conjugar sus deseos sexuales y disfrutar desinhibidamente del erotismo. La India es un lugar especialmente sensible a estos juegos del amor. Y nada como una manta mágica y la imaginación.
¿Siente la mujer deseo sexual al ver una escena donde la mujer coge en su mano un falo erecto? ¿Se estimula su deseo sexual al ver los dedos de un hombre masajeando y penetrando con ellos la parte más íntima de la mujer? ¿Se excita su pensamiento sexual con la desnudez de un cuerpo masculino o femenino? ¿Le surge excitación sexual con imágenes sexuales explicitas? ¿O más bien su deseo libidinoso proviene de imágenes románticas idealizadas?
Hasta muy recientemente el hecho de llegar el hombre a su edad madura estaba asociada a una relajación del apetito sexual. Implicaba que sus deseos y sesiones sexuales disminuían y se acortaban en su duración. La mujer como el hombre también sufre de esto pero siendo su inapetencia aún más pronunciada. La menopausia que debiera ser un acto de liberación sexual de la mujer, pues la libera del acto de la concepción, permitiéndole en principio disfrutar a su plenitud del acto sexual, realmente se convierte en cómplice de su aburrimiento sexual.
Hace 10 años el fulgor sexual del hombre fue potenciado con la magia de la química al ponerse a la venta el Viagra. Este fármaco ha sido el acompañante afrodisíaco para los hombres de todas la edades. La mujer había sido castigada, hasta hace muy poco, de disfrutar con fruición del gozo sexual desinhibido desde el arribo de su menopausia. Ahora con la misma magia farmacéutica llega Intrinsa que recobraría quizás el apetito sexual de la mujer en su climaterio para equipararla al hombre maduro.
Entre el Kama Sutra y templos eróticos, pastillas e imágenes sicalípticas, la apetencia sexual se logrará quizas mantener más allá de las fronteras de las edades; permitiendo a la mujer y al hombre conjugar sus deseos sexuales y disfrutar desinhibidamente del erotismo. La India es un lugar especialmente sensible a estos juegos del amor. Y nada como una manta mágica y la imaginación.
Etiquetas: India
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