Cabinas telefónicas
Public Phones
Mientras en EE UU desaparecen como el hielo del Ártico en París los teléfonos públicos se adaptan a las nuevas tecnologías y a las necesidades de la gente. A pesar de que las empresas de telefonía fija son ahora entes de capital abierto, y por tanto, su función es únicamente maximizar el rendimiento del capital invertido de los accionistas, muestran un indescifrable interés en seguir proveyendo el servicio de cabinas telefónicas.
La telefonía publica ha ido menguando como goteras de verano que se cuelan por los techos de casas ancestrales. Y ha sido la telefonía móvil cual ha venido suplantando el uso de las cabinas telefónicas. Aún así vemos en París cómo las cabinas telefónicas se adosan en las paradas de autobuses con diseños metálicos futuristas que modernizan la ciudad de París haciendo un bello contraste entre lo antiguo y lo moderno.
Los servicios que prestan estas cabinas telefónicas son múltiples, entre ellas las siguientes: servicio de llamadas de urgencia (policía, bomberos, ambulancia), llamadas a cobrar inteligentes (solo se requiere saber la contraseña de la persona a quién se llama para que el servicio sea automático o de lo contrario la persona llamada decidirá si toma o no la llamada sin necesidad de una operadora), recargas de tarjetas móviles, sistema de mensajería de texto (SMS), llamadas nacionales e internacionales utilizando tarjetas de prepago o con tarjetas bancarias o a cobrar, servicio de operadoras multilingües, y también permiten recibir llamadas, pues cada cabina telefónica viene con un número asociado lo que permite al usuario enviar a su contrapartida desde la misma cabina telefónica un mensaje sin coste alguno para que se le llame.
La muerte de las cabinas telefónicas tan preconizado no son una realidad en Francia sino más bien se han insuflado de nueva vida. En EE UU su muerte es evidente. Entre la muerte y la vida me quedo con la vida.
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