miércoles, 18 de abril de 2007

El hombre empequeñece

París, Francia

La feminidad y la belleza corporal femenina se mimetiza en el sexo masculino con sugestiva pujanza. La cultura de la belleza perpetuamente primordial en toda cultura cambia y evoluciona con el tiempo, a veces con prudencia y otras veces con saltos estremecedores y de vaivenes. No hace mucho la belleza masculina fue una varonilmente discreta y varonilmente violenta; ahora dicha belleza y sus tratamientos son elementos masculinos y femeninos que se funden entre ellos confundiendo al observador. Cabe preguntarse, ¿cuál es el concepto de la belleza masculina contemporánea que predomina: la homosexual, la heterosexual, la afrodita, o la narcisista? (Sobre la belleza femenina occidental parece hay consenso y no está lejos de la mujer del afiche: mujer de contornos finos, blanca, de busto sensual, ni muy grandes ni pequeños, rubia generalmente, semblanza angelical, ojos claros: Kate Moss representa tal codiciada belleza.) ¿O es que podemos afirmar que tal confusión de valoración estética sobre la masculinidad es análogo al desorientado macho en lo que se avecina será el siglo de la mujer donde el hombre empequeñece?