Barrio Centro, Madrid Dentro de los horrores humanos está la guerra y cualquiera de sus variaciones terroristas: la del Estado que subyuga a su propia población o a terceros países por recursos económicos o por mendacidades moralistas, o, la de vasallos dogmáticos que oprimen a pueblos inocentes en busca de barrocas salvaciones religiosas y soberanías.
Las representaciones fotográficas de estas dos imágenes alusivas al agravio de la guerra, y que fueron concebidas seguramente desde la interioridad emocional del artista callejero, juzgan reposar en un mismo lugar, y de haber sido realizadas por un mismo artista o trabajadas a varias manos. En una vemos el horror de una mujer aterrorizada por armas químicas o protegiéndose por un eventual ataque de este mismo orden. En la otra vemos a una niña que ha sido posteriormente repintada (por otro ocurrente artista y por tanto observamos la intervención de una segunda o quizás una tercera mano), que nos muestra el dolor de una llorosa niña sobre lo que era una apacible muchacha (un antes y un después de la guerra). Este inopinado hecho cambia la lectura de estas dos imágenes. La incertidumbre es completa.
A pesar que el arte contextual se deslinda de la representación clásica y, por tanto su presentación es efímera, mi fotografía se burla de esta fugacidad al atrapar estas imágenes en el tiempo y fusionarlas dentro de otro contexto, y mostrarlas como dos imágenes que se hablan entre ellas, sin haberlas sido originalmente. Esto contextualmente crea un poderoso significante visual.
Etiquetas: grafiti
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