martes, 8 de enero de 2008

La rueda de la vida

Templo Lakshmi Narayan, Nueva Delhi

Emprendí un fascinante viaje de descubrimiento y entendimiento: lo primero ha sido una fascinación visual, lo segundo ha sido un complejo enjambre de sentimientos metafísicos y religiosos, que para empezar a comprender tan enmarañada diversidad de creencias, comienzo por lo imposible: la comprensión de la mitología hindú y su creencia en la transmigración, todo esto en relación con su concepto de la rueda de la vida. (Para occidente el símbolo hindú de la rueda de la vida -la esvástica- es terror, para la India, representa los cuatros fines de la vida humana (purushartas): kama, artha, dharma y moksha.)

Llegué muy tarde durante la madrugada la primera vez que pisé suelo indio. La oscuridad de la noche y el cansancio físico me dejó posponer cualquiera importante primera impresión para el día siguiente. Muy temprano en la mañana luego de escasas horas de sueño salí a recorrer las calles de Delhi que paseaban por mis ojos como caramelos multicolores. Mi primera parada fue el templo hinduista a la diosa Lakshmi. Esto es la India, colores y religión, misticismo y un tiempo singular: un mundo incomprensible para occidente.

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