lunes, 18 de junio de 2007

Jardín

Un lugar en Castilla y León

La primavera de los tiempos está llegando al final de su jornada. Más, todavía ella irrumpe con aparente inagotable pujanza, al alargar la vida de sus colores durante el voluble recorrido de su obligatoria agonía. Sus jardines silvestres siguen en flora magistral- fuera de los cascos urbanos- atrayendo como imanes a agotados ciudadanos. Me dejé soñar con sus colores e imaginaba poseía el esplendor de la naturaleza, al recordar los floridos campos que lucharon por poseer Van Gogh y Gauguin.
Al hurgar en mi memoria de mi eterno jardín comprobé la inexorable llegada del verano.