miércoles, 19 de septiembre de 2007

Patria o muerte (y buhonería)

Por las esquinas de Piñango y Puente Llaguno, Caracas

En un lugar de la Parroquia de san José, Caracas

Jamás he regresado -a mí pesar- a la Cuba revolucionaria luego de una visita cuando me encontraba en los albores de mi adolescencia justo unos dos años después de la llegada de Fidel Castro al poder. No olvidaré jamás mi estadía en el Hotel Habana Libre y de mis paseos por los ascensores del hotel con los barbudos de entonces que recibían a los huéspedes del hotel llevándolos a cada uno a sus respectivos pisos al apretar por ellos el botón automático del ascensor (pensé que esto era una revolución marxista del trabajo). Mi inocencia párvula me permitió conversar libremente con ellos. Recuerdo la conversación que giraba sobre el tema de la nueva Cuba y de la esperanza del nacimiento de una nueva persona que buscara el beneficio de la sociedad y no del egoísmo capitalista.

Cuarenta y seis años después de este encuentro con el socialismo del siglo XX estoy ahora cara a cara con el socialismo del siglo XXI. Esta nueva revolución socialista latinoamericana promete (nuevamente) –al igual que la cubana del siglo pasado- crear un nuevo hombre que abandone el fardo del materialismo y del egoísmo y que dedique su trabajo al nuevo país revolucionario. Esto conlleva a facilitar el trabajo primitivo y cooperativista en vez del trabajo individual o corporativo con inversiones de capital y, para esto, la restricción del irrestricto lucro individual es una necesidad. Mientras caminaba por las aceras en pleno corazón de la Caracas revolucionaria me topé con diferentes manifestaciones de esta naciente nueva sociedad. La buhonería es ciertamente la más prolifera y la más creativa forma de trabajo de esta inédita revolución: corte de pelo al aire libre: segura apuesta de la revolución bolivariana para el rescate de la pobreza; ¡el próximo!

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