viernes, 14 de septiembre de 2007

Rojo

Parroquia de san José, Caracas

Calle Principal y la Torre, Caracas

Las revoluciones toman sus colores que les ayuda a mantener cohesión entre sus seguidores más iletrados. La revolución bolivariana es fiel a esta tradición. El uso de colores ha sido una costumbre en la política venezolana desde el regreso de la democracia en 1958. En ella se instauró un mecanismo de voto a colores con diferentes tarjetas: tanto en tamaño como en colores; cuyos colores identificaban a partidos políticos y, por ende, facilitaba al elector en su escogencia en el momento de sufragar el voto suyo. Este sistema permitía al analfabeta votar por quien había logrado conquistar su ignorancia política. Existía para entonces un abanico de colores que iban desde el amarillo hasta el blanco. El rojo era entonces abanderado por el Partido Comunista de Venezuela; el mismo color que hoy porta el Partido Socialista Unido de Venezuela. Entonces el rojo fracasó en su intento de apoderarse del poder. Hoy el rojo está en la cresta del poder. Inclusive si este es hacedor de pobreza y portador de ilusiones vanas. Queda la esperanza que el rojo no se venga en magenta: nombre alusivo al color de la sangre derramada en la batalla de Magenta de 1859.

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1 Comments:

Blogger Carl Weese said...

I like this pair. The abstracted red and dissected subjects still leave a very concrete impression.

19/9/07 20:07  

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