viernes, 27 de junio de 2008

Pausa veraniega

Key Biscayne, Florida

A Long Summer Pause


Hoy me descuelgo en el tiempo y me adentro hacia la banalidad del placer de las horas perdidas. Camino el tiempo de Proust. Dejo el mundo del seguimiento cronométrico y procuro modificar ese tiempo lineal en un oscilante vaivén pues desdoblarlo sería un fútil acometimiento. Así que mis escritos aquí estarán sujetos también a la prueba de mi cambiante huso horario. El verano me hará detenerme a contemplar panoramas olvidados y mis fotografías reflejarán sin duda la efervescencia de mi compleja personal manipulación del tiempo. Me detengo ante mi balcón veraniego y de lejos diviso la placidez del mar y de su calor con la calida brisa caribeña que llega a esta costa atlántica para cubrirme de un romántico letargo. Sé de la imposibilidad de volver en el tiempo mas mis recuerdos me permiten engañar el sentimiento de la indiscutible travesía. Intento inútilmente de poner pausa en esa carrera de la vida hacia un indudable fin desconocido. Entre ese final y el comienzo estamos todos navegando a diferentes tiempos. El final de cada uno, que no necesariamente coincide con el del otro, en la travesía nos acompañamos de agradables sutilezas y de inmejorables desencuentros. En mi caso comienza hoy nuevamente mi gran pausa estival de siempre. Será de tres largos meses. El entretiempo que terminó hace escasos días dio paso a un tiempo donde veré el retoño a una nueva vida. Con tal graduación de la vida comienza en mí el lento camino de la evaporación. Y mientras sigo aún con mi feliz sueño de la vida en esta larga pausa veraniega.

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miércoles, 25 de junio de 2008

Antonia y las cigüeñas

Alcalá de Henares, España

Antonia and the Storks

Como todos los años (desde hace tres años) salgo hacia la tierra donde yace lo real de mi memoria. Mas antes de llegar aterrizaré primero en tierras foráneas de recuerdos pasados y futuros. Llegaré al encuentro de una niña a quién no conozco pero que siento conocer desde hace más de treinta años. 30 años han pasado y la recuerdo como ayer. Recuerdo claramente que el día de su nacimiento la vi envuelta en una sabanita y desnuda en manos de una enfermera. Para entonces el secreto era difícil de desenmarañar y solo la verdad de su sexo se sabía al momento del nacimiento. No faltaría sino unos pocos años más para hacerse de la certitud de tan único acontecimiento.

Mientras sabía que la niña llevaría el nombre de Antonia. Salí con la felicidad acuestas y apenas tenía una hora más para llegar a la joyería y comprar mi primer regalo a mi hija. Eran unos pequeñísimos zarcillos de oro. Había que estampar el sexo en mi bebé. Era una niña hermosa y a quien sostenía en mis brazos sin pudor proclamando el gozo espiritual de tranquilidad. Había nacido en mí el insuperable amor de padre. Han pasado ahora treinta años y ahora mis recuerdos regresan con ímpetu. Mi hija sigue siendo una pequeña niña en mis sentimientos y mi amor hacia ella es irreversible.

Anteayer crucé el Atlántico y llegué a las costas de América. Vengo a ver a Antonia. A pesar que han pasado treinta años todavía el tiempo de cruce es el mismo que entonces. En nada hemos avanzado en la comodidad del viajero salvo en los artilugios para los que tienen la dicha de poder pagarse un pasaje en la cabina delantera del avión. ¡Ah!, olvidaba que el espacio inmobiliario también diferencia entre los viajeros delanteros y los pasajeros de atrás. Pasé más tiempo de lo usual en traspasar los infames y deshumanizados controles migratorios. Ahora iguales en ambos lados del océano. Aunque en el honor de la verdad tanto en Europa como en este lado del Atlántico el tufo de xenofobia arde como el calor del pueblo de Sásabe. Solo la inquietud de ver a Antonia me ayudaba a mantener la cordura de este infame tiempo de espera.

Finalmente cogí mis maletas y salí al encuentro. 30 años han pasado y ante mí estaba Antonia. No la veía pera la sentía pues era inquieta. Todavía no está totalmente preparada para enfrentar el mundo mas es solo cuestión de días. Recuerdo que treinta años atrás cuando vi a Antonia que por primera y única vez y que por escasas horas se le conocería por ese nombre. 30 años habrán pasado y ahora Antonia será Antonia y mi hija Gabriela Antonia, que perdió su nombre de Antonia, será madre y yo abuelo de Antonia. Y para eso están las cigüeñas.

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lunes, 23 de junio de 2008

Cositas Ricas

Alcalá de Henares, España

Little Tasty Things

viernes, 20 de junio de 2008

Campo de amapolas

Carretera M-311 a Chinchón

Poppies' Field

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miércoles, 18 de junio de 2008

Tetas y pelotas

Chinchón, España

Novice's Tits and Friar's balls

lunes, 16 de junio de 2008

Antes de la faena

Plaza Mayor de toros, Chinchón

Before the bullfight

viernes, 13 de junio de 2008

Vespa

Calle de Ortega y Gasset, Madrid


Las motos son como los yates (o al menos para mí) –a pesar de jamás haber tenido un yate (pues me mareo con facilidad) y de tampoco poder soñar con ser propietario de uno (mi cuenta bancaria no da para tanto aunque espero mi imaginación si esté a la altura de los esplendorosos e inconquistables sueños)- los días más felices son el proceso de escogencia. Comienzo siempre entre la duda de una scooter –Vespa sin dudas- o una motocicleta (aquí la variedad me complica mi decisión). Este proceso puede durar tiempos inmemorables. ¿En qué radica esta ambivalencia?

Existe paradigmas entre el uso utilitario entre ambos tipos de vehículos. La scooter tiene sin duda esta característica. Es un vehículo de ligero peso y de gran maniobralidad que serpentea el tráfico con mucha agilidad. Tiene una gran capacidad de carga útil donde se puede llevar con facilidad las compras del mercado diario y el maletín de trabajo, las revistas y periódicos del día, las flores para la amante y a la amante misma. Conducir una Vespa nos transporta a un pasado romántico de las películas italianas y especialmente al magistral film de Nanni Moretti, Caro Diario que en la primera parte del filme, nos recrea con ironía a través de un paseo en una Vespa a una Roma (que bien podría ser París o Madrid o Londres) alienante que empuja a sus pobres a los inestéticos y sin alma barrios periféricos para que los ricos se apropien de los mejores pisos de la ciudad.

La Vespa en fin se coloca como un verdadero vehículo utilitario. Nos transporta con sencillez por toda la ciudad sin cansarnos mucho pues el esfuerzo físico de conducirla es de poca exigencia. Es relativamente ecológica o al menos de baja contaminación ambiental. Tiene además la elegancia de disolver clases sociales y la belleza de transportar a las mujeres que la conducen de manera femenina. Pero…¡qué puedo decir!, le falta la arrogancia del poder de un motor que ruge y que inquiete las almas femeninas. Y sin esto la vida se decanta insípida. Ya sé cuál es mi decisión. ¡Hombre machismo motociclista al máximo! ¿Y qué dirá de esto la ministra Bibiana Aído y su sexista Ministerio de la Igualdad de España?

miércoles, 11 de junio de 2008

Para Nueva York


For New York City

Hoy en Madrid hará entre 13º C y 23º C (55º F y 73º F) y en Nueva York hará entre 19º C y 31º C (67º F y 88º F). Así que por solidaridad les ofrezco (temporalmente ¡claro está!) los aparatos de aire acondicionados de Madrid que desde hace un año les hemos dado escaso uso.

lunes, 9 de junio de 2008

Mario Benedetti

Facultad de ciencias políticas y sociología de la Universidad Complutense de Madrid


"When we had all the answers they changed all the questions."

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viernes, 6 de junio de 2008

Foto vídeo


Photo Video

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miércoles, 4 de junio de 2008

Placidos sueños



SWEET DREAMS

lunes, 2 de junio de 2008

Attention a la marche

La última sesión de Marilyn

Careful with the steps